PERSIANA DEL GUATAPURÍ

GUATAPURI, EL SITIO MEJOR CONTADO DE COLOMBIA

2008/05/14

CONOZCA EL ECOPARQUE LINEAL DE HURTADO




Un lleno total se reporta por estos días a lo largo y ancho del aún sin terminar Ecoparque del balneario ‘Hurtado’.Pese a que los trabajos fueron interrumpidos por esta fecha, el lugar se mostró cómodo y del agrado de todos los visitantes, quienes vieron en este sitio, otra de las opciones para disfrutar el Festival Vallenato, dado que reúne parte del disfrute de las festividades.

“Hay conjuntos vallenatos, agua para el ‘desenguayabe’, gente por todos lados y el calor de los vallenatos que no deja de impresionarme” sostuvo Miguel Villanueva, proveniente de la ciudad de Barranquilla.

Haciendo uso de las estructuras construidas, se ha visto durante estos tres días a los vallenatos y turistas quienes calificaron el lugar como lo mejor de la costa.

“Para qué mar y playa, centros comerciales si tenemos al río Guatapurí” sostuvo Diego Arredondo, oriundo del municipio de Chiriguaná.

Por su parte, los vendedores informales que laboran en el sector, expresaron su satisfacción tras estos días de ventas, que según ellos, está siendo favorecida por la construcción.

“Tengo siete años de vender aquí y ha sido la mejor temporada; aunque los trabajos no se han terminado, se ve más ordenado y eso le ha gustado a los turistas” dijo Hernando Cabezas, vendedor informal en el lugar.

Las ejecutorias en el Parque Lineal estarán suspendidas hasta que finalice el Festival de la Leyenda Vallenata.

Papayeras y agrupaciones vallenatas trasladaron parte del Festival al balneario ‘Hurtado’, lo que una vez más deja demostrado que es uno de los sitios más representativos de Valledupar.

Ivan Royero, otro turista, indicó que “conocía a Valledupar en otras fechas, pero nunca lo había visto tan lleno como ahora y qué decir de ‘Hurtado’ a donde no le cabe más nadie”.

Muy seguramente, con la millonaria inversión que aún falta para culminar la obra del Ecoparque, en las próximas festividades los visitantes disfrutarán de un lugar más acorde con esta ciudad.



2008/05/10

Conoce los sagrado de la Sierra y del Río Guatapurí

QUE SIGNIFICAN LA SIERRA Y EL RÍO PARA LOS INDÍGENAS?

Crónica de Serankua
Por. Muma Gnecco
Especial del grupo Defensores del Guatapurí
Fundación Defensores del Guatapurí

Cuando Serankua creó la Sierra Nevada se le antojó hacerla como un macizo independiente de los demás, para que se diferenciara y no se confundiera como una continuidad de los otros. De ésta forma resaltó la importancia que para él tenía. Luego decidió decorar su obra por lo que le dio la altura necesaria para que su cumbre fuera cubierta con un blanco puro, inmaculado, limpio y cristalino; en forma de corona que los rayos del sol reflejaran a través de toda la llanura que la rodeaba, para que así fuera admirada por quienes quisieran verla.

Pero el calor de esos mismos rayos solares que la hacen ver imponente derretía su manto de nieve y de hielo que era su corona, por lo que Serankua decidió dirigir esas aguas del deshielo en cursos a los que llamó Ríos y le dio así a la Sierra su Cetro, el cual puede dirigir a su cómo lo desee. Unos ríos serían más anchos que los otros y en eso radicaría la importancia de cada uno de ellos. Faltaba entonces adjudicarle un trono a la Sierra y éste debía ser la tierra que la soportaba, la tierra a donde convergieran esas aguas que representaban la majestuosidad de su obra y la tierra que sería bañada y bendecida con el otro estado físico de la corona. Se asomó desde la cumbre y divisó la planicie a donde dirigiría éstas aguas y decidió llamarla Valle. Pero faltaba ponerle nombre a esos ríos y cada nombre dependería de la altura desde la cual se originaran sus aguas, lo que determinaría su destino y su temperatura. El más importante de todos nacería desde la cumbre, desde lo más alto de la Sierra, por lo que sus aguas serían más frías que las demás, así que a éste Río lo llamó según el vocablo indígena “Gauatapurí”, que significa “Agua Fría”. Ya estaba completa la obra, una reina con su corona, su cetro y su trono y Serankua se dedicó desde entonces solamente a observar desde las alturas, vigilante, expectante y complacido.

Por el hecho de haber nacido desde lo más alto de la corona de la sierra entre todos los ríos, el Guatapurí fue desde entonces llamado también “El Rey del Valle”. Él no nació de una corona de espinas como la que tuvo que soportar Jesús como símbolo de dolor y de sufrimiento, sino de una corona que simboliza la magnífica obra de Serankua y que representa vida, paz, armonía, naturaleza y alegría. Y fue así como el Guatapurí comenzó a coquetearle con la alegría que lo caracteriza a la fauna y a la flora que hay desde lo más alto de la Sierra hasta lo más bajo del Valle, con movimientos sinuosos y altivos se muestra a sus conquistas a través de sus meandros, los cuales a veces intentan hacerle cambiar su rumbo, pero que él astutamente redirige hacia su curso, con una imponencia propia de un Rey va hacia el Valle, cumpliendo así la orden que le diera su padre Serankua.

El Rey llega con fuerza, con ímpetu, lleno de torbellinos y remolinos al valle. Sus aguas son cristalinas, transparentes, limpias como la misma sierra que lo ve deslizarse por ella y como la misma corona que lo provee. Sus aguas son frías como Serankua quiso que fueran y aún a la altura del nivel del mar conservan su temperatura casi inicial, así como también conservan la pureza de la nevada, por eso el agua del río Guatapurí es la mejor agua de toda Colombia. El Guatapurí es el Rey del Valle fue el Rey del Cacique Upar y es el Rey del Valle del Cacique Upar: Valledupar.

A través de su historia se han tejido leyendas que todos los moradores conocen y narran como si las hubieran vivido, como la de Rosario Arciniegas, la niña que un jueves santo, desafiando a su madre y en un acto de desobediencia se fue al río a nadar y por eso se convirtió en sirena. Otros dicen que quienes se bañan en sus aguas jamás abandonan el valle que El Rey baña. Pero sea como fuere, el Río Guatapurí ha sido, es y será el Rey del Valle, musa de inspiración de poetas y juglares de la región, punto de encuentro de amigos de parrandas, de amor y de juegos, centro de recreación y lo más lindo que tenemos los vallenatos para mostrar con gran orgullo.

Todavía algunos nativos se zambullen buscando en los pozos más profundos del Rey a la sirena que más nunca volvió a ser niña y las parrandas se trasladan al río con el deseo de ver o de escuchar en el amanecer el llanto quejumbroso de la sirena, porque sólo se pueden apreciar a estas horas. Muchos compositores del vallenato han confesado que componen sus canciones sentados sobre una roca a la orilla del Guatapurí, así como muchos intérpretes de nuestro folclor sólo logran digitar una bella melodía que acompañe a un hermoso verso contemplando sus aguas, las cuales los inspiran. Por esto también es el Rey, porque hace y pare reyes vallenatos.

Los días domingos, de manera infaltable los “domingueros” arriban con sus ollas para hacer sancochos en sus orillas y a pasar el día en familia y rodeados de amigos. La alegría caracteriza a nuestras gentes, quienes comparten e intercambian con sus vecinos de sancocho los platos para determinar cuál tiene mejor sabor; incluso concursos de sancocho se han organizado, pero siempre a las orillas del Rey, porque cualquier manjar sabe mejor ante su imponente presencia.

Desde el puente de Hurtado se lanzan de cabeza algunos arriesgados vallenatos, confiando en que el rey no les vaya a fallar cuando más lo necesitan. Esto se ha convertido hoy día en un espectáculo público donde los turistas pagan a tan atrevidos personajes para verlos caer desde esa altura sobre las translúcidas aguas del Rey. Un puente colgante atraviesa el pozo de los caballos, punto donde hace muchos años en una creciente, el Rey embravecido arrasó con lo que poseían los potreros circundantes. Entre las rocas está el Pueblito Vallenato representando construcciones típicas de antaño; y el Balneario rodea su orilla, donde puedes sentarte en una cómoda silla o sobre las piedras a disfrutar del sonido de sus aguas, a observar la estatua de Rosario Arciniegas y la vegetación o a dejarte tentar por la invitación del Rey que desea acariciar tu piel con sus húmedas y frías aguas, porque como buen anfitrión que es, anhela que quienes lo visitan se queden a acompañarnos para siempre.

Si el Guatapurí no bañara nuestras tierras posiblemente no existiera el vallenato, ese mismo folclor que cada mes de abril corona a sus reyes menores, quienes han logrado la habilidad de este arte, la fama y el reconocimiento gracias al verdadero Rey del Valle: el Guatapurí, quien de por sí es el único que de verdad tiene corona porque vino de una corona, la que se le antojó a su mismo creador, el padre de nuestros hermanos mayores Serankua cuando quiso decorar a su esposa recién nacida. Suponemos que la corona que se le impone a nuestros juglares del vallenato sea inspirada en la corona de la Sierra Nevada de Santa Marta, desde donde todavía Serankua nos vigila y nos protege y desde donde da órdenes para que las aguas del deshielo desciendan con fuerza y abundancia por el Guatapurí a alegrarnos los días en nuestro caluroso valle; por eso los vallenatos somos súbditos orgullosos de nuestro Rey del Valle: el Río Guatapurí.

2008/05/09

SERANKUA


“Cada vez que respiras”
Por EquinoXio
Agradecimientos a Muma Gnecco del grupo Defensores del Guatapurí


Actualidad Étnica, Bogotá, 26/06/2007. En el comienzo de los tiempos, Kaku Seranjua creó la Tierra, la hizo fértil y la tomó como su esposa. El mundo estaba sostenido por dos grupos de cuatro hilos de oro entrelazados y sujetos a los cuatro puntos cardinales. Donde se cruzan los ocho hilos de oro yace el corazón del mundo. Ése es nuestro hogar, la Sierra Nevada, señalada por la línea negra que define su límite y la separa de las bajas llanuras. Las cumbres nevadas y los lagos sagrados fueron situados en medio de las montañas; ésta, la zona más alta, es chundua.

Las cumbres son como personas, como nosotros en muchos aspectos, como guardianes de honor. Son nuestros padres y madres. También son padres y madres del hombre blanco, pues nuestro dios es su dios. Se colocó un mamo en cada cumbre para que vigile y cuide. Cada cumbre tiene un mamo, al igual que cada casa tiene alguien que vive en ella. Las cumbres son nuestros templos.

Cuando Kaku Serankua distribuyó la tierra, conservó la Sierra como un lugar sagrado donde residiría la sabiduría, de modo que un día pudiese ser enseñada de nuevo a la humanidad. Ahí es donde Kaku Serankua vive ahora, observando su creación. Antes de hacer el mundo creó el agua que alimenta a la Tierra como las arterias del ser humano nutren su cuerpo. También hizo las estrellas, el sol y la luna. Y todo. Cuando se decidió a crear a los seres vivos, dio leyes a los cuatro tipos de personas: los blancos, los amarillos, los cobrizos y los negros. Sus colores son los mismos que los cuatro mantos de la tierra: bunnekän, la tierra blanca; minekän, la tierra amarilla; gunnekän, la tierra roja; y zeinekän, la tierra negra.

Nuestra respiración es el mismo hálito que brota del mundo; es el aire, los vientos y la brisa. Todas las razas son iguales; a cada una se le dieron sus propios derechos y sus propias leyes de manera que no dañasen a sus hermanos y hermanas. A cada uno de nosotros se le ha dado un sendero por el que puede acercarse a Dios, y reconocerle y amarle.

Se nos enseñó cómo respetar todo esto. No creamos esta ley nosotros mismos: fue dada a nosotros por Kaku Serankua, nuestro padre. Él también nos enseñó cómo cultivar la tierra, cómo compartir nuestros bienes por igual, cómo cuidar de los bosques, de las distintas especies de animales, de las aguas, de las colinas, cómo cuidar del sol, de las estrellas, de la luna, de las estaciones seca y lluviosa, cómo curar la enfermedad y tratar las dolencias, él nos dio conocimiento de los terremotos y de todo lo que ocurre en el mundo. Todo esto fue para beneficiar a la humanidad en todas partes, en cada zona de la Tierra.

Así es cómo vivíamos. No conocíamos el egoísmo, no abusábamos unos de otros, ni codiciábamos los objetos de nuestro hermano, ni lesionábamos sus derechos; no conocíamos el orgullo, ni que alguien fuese inferior a los demás.

Estas leyes se nos dieron para que nos ayudásemos unos a otros con igualdad, justicia y comprensión. Si una persona era débil, los demás le darían fuerza.

La vida, la sabiduría y la ley tienen todas ellas su origen en chundua, las cumbres nevadas y los lagos. Dependemos de la naturaleza que nos da vida, y cada cosa que existe tiene su propio espíritu. Dependemos de chundua. Pero chundua depende de nosotros, para mantener el equilibrio.

Cada animal y cada árbol, cada río y cada piedra, el sol, la luna, las estrellas: todo tiene una vida espiritual, todo necesita sustento tal como nosotros necesitamos alimento. Si ellos no lo obtienen, morirán: los ríos se secarán, los árboles se marchitarán, el sol mismo morirá. Todo necesita sustento tal como nosotros necesitamos alimento.

Pero el hombre blanco desconoce todo esto. Quienes solamente saben cómo destruir la vida, más que crearla, encontrarán todo esto imposible de creer. El hombre blanco ha atacado a sus hermanos arhuaco y nos ha forzado a alejarnos cada vez más de la línea negra. Él se ha separado de la naturaleza, y porque no sabe cómo conservarla ha utilizado su conocimiento para destruirla. Se ha separado él mismo. No tiene respeto alguno por sus propios hermanos, y hace leyes para acosarles y quitarles sus tierras.

Si el hombre blanco sigue acumulando deudas con la Tierra, viviendo de ese modo, traerá su propia destrucción. Esto debe ser así. Desde que el hombre blanco apareció por vez primera, ha deseado apoderarse de nuestra tierra y privarnos de nuestras propias leyes tradicionales y verdaderas de manera que pueda imponer las suyas. Sus innumerables promesas se han convertido en nada. Hace algunos años nos prometió que la tierra de nuestros padres sería respetada y que el territorio que había sido robado sería devuelto, pero esto nunca ha ocurrido.

Debemos recuperar la tierra que Kaku Serankua nos dejó porque es nuestra madre, la fuente de nuestra vida y sustento. Ella ha sido sometida a abusos por el hombre blanco. Debemos recuperar la tierra porque la necesitamos para vivir. Es sagrada, y a través de ella los mamos mantienen el orden del universo, un orden basado en la igualdad de todas las personas. Debemos recuperar a nuestra madre de modo que podamos mantener nuestra cultura y nuestras tradiciones.

No tenemos fe alguna en las leyes del hombre blanco y nada esperamos de él. Todo lo que él nos ha dado siempre han sido promesas incumplidas y mentiras. Sus leyes siempre explotan a los indígenas. Abusa de nosotros y solamente está de acuerdo cuando quiere algo nuestro (tal como votos para los políticos locales que prometen mucho y nada hacen). El hombre blanco nos ha enseñado necesidades nuevas y falsas, separándonos poco a poco de nuestras tradiciones y nuestros modos antiguos de producir lo que necesitamos. Ha traído su propio modo de pensar a nuestra comunidad. Pero sus pensamientos son malos e incluso hacen que algunos de nosotros nos sintamos avergonzados de ser indígenas, lo que debería ser nuestro mayor orgullo.

Ser indígena es como estar en la raíz de las cosas. Muchos arhuaco creen en las falsas promesas y se venden a los políticos y a los terratenientes. Algunos incluso han traicionado a sus propios hermanos. Los hombres blancos no han respetado nuestro gobierno interno. Por otro lado, nosotros siempre hemos respetado al gobierno nacional colombiano, y exigimos que respete el nuestro.

Se nos debería consultar para aprobar cualquiera ley sobre nosotros que el gobierno esté deliberando para aprobar. Exigimos el derecho a elegir a nuestros propios dirigentes del modo que siempre hemos hecho. Exigimos ser consultados antes de que cualquiera sea autorizado a entrar en nuestra tierra. No queremos más hombres blancos que vengan y profanen nuestros lugares sagrados, nos vean como un espectáculo turístico o trabajen aquí sin nuestra aprobación.

Siempre hemos deseado vivir en paz según nuestras tradiciones. Siempre hemos esperado que los hombres blancos, nuestros hermanos más jóvenes, entenderían nuestro punto de vista y trabajarían con nosotros. Pero han transcurrido muchos años y todo lo que han hecho ha sido intentar estafarnos. Comprendemos ahora que nuestra lucha y nuestro sufrimiento son compartidos por todos los indígenas colombianos.

No estamos pidiendo ayuda. Estamos al lado de los demás indígenas y trabajamos juntos por nuestra tierra y nuestra cultura. Hemos visto que cuando el hombre blanco habla de progreso e integración quiere decir desdicha y privación. El hombre blanco no nos escucha. No quiere que nosotros elijamos nuestro propio futuro. Incorporarse a su sociedad es perder todo lo que es nuestro. Podemos ver esto con claridad y sabemos que nosotros, solos, debemos encargarnos de nuestro destino.

(Basado en testimonios directos recogidos en Colombia por la organización Survival Internacional entre 1974 y 1994).

2008/05/08

QUE SERA LO QUE TIENE LA CAPITAL DEL REY DEL VALLE, EL GUATAPURI



QUE TIENE VALLEDUPAR Y EL RIO GUATAPURI, QUE TANTO ENAMORAN A LOS COLOMBIANOS Y EXTRANJEROS.


Este año como cada final de abril y comienzo de mayo, Valledupar se vuelve el eje de la actividad turística y cultural de Colombia, países vecinos como Venezuela y otras naciones. Es el epicentro turístico del país. Se calcula que este año unas 40 mil personas provenientes de las diferentes latitudes de Colombia y del mundo se concentrarán en esta capital con ocasión del Festival de la Leyenda Vallenata, al constituir este el principal evento folclórico y cultural de la tierra del Cacique Upar, de los cuales mínimo la mitad, es decir, 20 mil visitan El Rio Guatapurí en sus diferentes balnearios como Hurtado, El Rincón, La escuela Ambiental del Cesar, El Pozo de los caballos, etc...

Motivados por las narraciones de historias vividas de amor que se hacen poesía en las voces de los cantores vallenatos; de los juglares que aún existen y se convierten en testimonio de una clase que vio nacer la música de acordeón en los potreros de los campos hasta llegar a las grandes esferas sociales y contagiar al mundo; de las tradiciones más arraigadas y de los duelos que a punta de notas gana el mejor, miles de personas se congregan en Valledupar en esta temporada. De hecho, a través del Ministerio de Industria y Comercio Exterior, ocho caravanas turísticas Vive Colombia, viaja por ella tienen como destino esta localidad.

Pero Valledupar no solamente es música. Es una ciudad mágica e histórica. En diferentes temporadas del año es sitio de turismo. La plaza Alfonso López con su entorno colonial es uno de los escenarios que por su importancia en el crecimiento de la urbe y por la conservación en su alrededor de una arquitectura de hace más de cuatro siglos, representa un verdadero encuentro con el pasado.

Las ocho cuadras en el entorno de la Plaza Mayor, elevadas a patrimonio histórico, contrastan con el modernismo de una capital pujante con grandes avenidas, monumentos, glorietas y estructuras óptimas de servicios públicos que van de la mano con la amabilidad de su gente hacen sentir al foráneo gratamente acogido.

El balneario Hurtado, con las frías aguas que bajan de la Sierra Nevada, ofrece a propios y turistas un escenario natural, adornado con la escultura a la Sirena.

En la plaza Alfonso López figura el monumento ‘La Revolución en Marcha’, del maestro Rodrigo Arenas Betancourt, y en una de sus esquinas se erige la iglesia Inmaculada Concepción, como uno de los templos de estilo colonial restaurado por el Ministerio de la Cultura.

También en este sitio está sembrado el ‘palo de mango’ que sirve de medidor para determinar el éxito o fracaso de eventos de grandes concentraciones, plantado justo al frente de la tarima ‘Francisco El Hombre’ que por más de tres décadas sirvió de testigo de la coronación de los reyes vallenatos.

GLORIETAS Y MONUMENTOS

Si bien es cierto que la arquitectura colonial que se conserva en el marco de la plaza Alfonso López es atrayente para los turistas, también lo son las obras modernas que le dan un toque futurista a esta capital. El coliseo cubierto ‘Julio Monsalvo Castilla’, uno de los más grandes de Latinoamérica, se levanta imponente como escenario para competencias deportivas, espectáculos musicales y sede de eventos de interés social.

Frente a esta estructura está la glorieta Los Poporos, elaborada por el escultor Jorge Maestre con la técnica de fundir en bronce a la cera perdida, es uno de los más hermosos monumentos con que cuenta la ciudad, se destaca por la originalidad del concepto y la limpieza de los materiales que sirvieron para concebir esta escultura que es un reconocimiento a las tres etnias indígenas que aún habitan en la Sierra Nevada, como lo son los arhuacos, los koguis y los arzarios. ‘Los Poporos’ representan el adminículo del mismo nombre que usan los indígenas para conservar el ‘jayo’ que paladean permanentemente y que es un elemento característico de su cultura.

Valledupar es ciudad de glorietas. En las principales intersecciones de las avenidas está ubicada una y en ellas monumentos que reflejan las costumbres, tradiciones e idiosincrasia de un pueblo, además de mitos y leyendas. A la entrada en esta capital se erige la escultura al Cacique Upar en actitud convocante, obra también de Jorge Maestre. Es un homenaje al jefe de jefes del país de los Chimilas, tribu gobernada por un Supremo Cacique en quien descansaba la organización y orientación de toda la región.

Ocho caravanas turísticas de Vive Colombia, viaja por ella tienen como destino esta ciudad, que hoy está de fiesta con su Festival Vallenato. Aquí la belleza del Callejón de las Estrellas.

Se destaca la glorieta que le rinde un homenaje a los músicos vallenatos, donde se representa la trilogía de los intérpretes de la caja, guacharaca y acordeón; está situada en la diagonal 23, avenida Simón Bolívar, y se realizó con el propósito de rendir homenaje a los juglares que con sus cantos han engrandecido la cultura de esta tierra; la glorieta ‘Los Gallos’, escultura de los gallos de pelea, obra de la escultora bogotana Elma Pignalosa que utilizó el bronce, el hierro y las láminas de aluminio para realizarla, situada en la intersección de la avenida Simón Bolívar con la transversal 16C donde se convirtió, desde su instalación, en el mejor referente de la simpatía y popularidad que los galleros tienen en la región.

La glorieta ‘El Pedazo de Acordeón’, situada en la Avenida Hurtado, del escultor Gabriel Beltrán, quien utilizó hierro, bronce fosforado, bruñido y ensamblado, cobre rojo ensamblado de seis metros de alto y 10 de largo, con 4.5 metros de ancho, con la ejecución e instalación del monumento, una de las obras escultóricas de vanguardia, la Alcaldía de Valledupar se propuso rendir un homenaje al acordeonista, cantor y compositor, representado en el juglar por excelencia:

Alejandro Durán, cuya canción de este mismo nombre pasó a convertirse, por derecho propio, en una especie de símbolo musical costeño; la glorieta en el parque La Leyenda con un busto en homenaje al ex presidente Alfonso López; igualmente está la glorieta ‘Hernando de Santana’, en honor al fundador de Valledupar.

Igualmente resalta ‘El Obelisco’, una estructura de cemento de 30 metros de alto, situado a la entrada de Valledupar en la vía que de Barranquilla y Fundación conduce a esta ciudad. Fue diseñado por el arquitecto Carlos García como un “homenaje a la vida” y su construcción, a cargo del arquitecto Helcías Castilla, data de 1994, lo cual no obsta para que, pese a su juventud, ya sea considerado como un hito o referente del espacio vital de la ciudad.

Este año los visitantes tendrán un nuevo atractivo. Se trata de la fase inicial del Eco-parque a orillas del río Guatapurí, en el balneario Hurtado, sitio tradicional para los turistas. La estructura contempla la construcción de zonas peatonales, ciclorrutas, juegos infantiles, hornillas para preparar alimentos, todo en el marco de la recuperación de un amplio espacio en el principal afluente de este Municipio.

El balneario Hurtado, con las frías aguas que bajan de la Sierra Nevada, ofrece a propios y turistas un escenario natural, adornado con la escultura a la Sirena en representación a la leyenda que originó la desobediencia de una de las jóvenes más hermosas de la región.

Valledupar está ubicado en las estribaciones de la vertiente suroriental de la Sierra Nevada de Santa Marta. La temperatura media es de 28ºC.

Presenta pisos térmicos desde el cálido hasta las nieves perpetuas. Las alturas más importantes son los picos Codazzi, el Guardián, Ojeda y la Reina. Atraviesan el territorio los ríos que nacen en la Sierra, entre ellos, Ariguaní, Ariguanicito, Badillo, Calderas, Cesar, Curiba, Donachuí, Garupal, Guatapurí) y Mariangola.

Limita al norte con los municipios de Riohacha y San Juan del Cesar(La Guajira); al sur con El Paso y La Paz (Cesar); al oriente, con Villanueva y Urumita (Guajira), al occidente con Fundación y Aracataca (Magdalena).

Para llegar a Valledupar se puede hacer desde la Costa Atlántica por ciudades como Barranquilla o Santa Marta, en un trayecto de 4 horas en autobús. Igualmente por Bogotá o Bucaramanga donde el trayecto es más largo de 18 a 8 horas respectivamente. Igualmente hay vuelos directos desde Bogotá.

BUSQUEN EL MAPA EN LA SIGUIENTE DIRECCION:
http://maps.google.com/maps/ms?t=k&om=1&ie=UTF8&hl=es&msa=0&ll=10.490006,-73.269196&spn=0.044477,0.069008&z=14&msid=109234972424412991898.00044cb7f2121cc875f5a>

UN POCO DE HISTORIA

Balcón de los Ustariz

Casa de los Molina - plaza Alfonso López


Casa de los Pavajeau - Plaza Alfonso López



Catedral


DE LA CIUDAD CAPITAL DEL REY DEL VALLE: EL GUATAPURI



Valledupar fue fundada por el capitán español Don Hernando de Santana el día 6 de enero de 1550 en el rico e inmenso valle que forman los ríos Cesar y Guatapurí y entre dos formaciones montañosas que le sirven de protección: la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá. En honor a la fecha religiosa que se celebra ese día y como reconocimiento al Cacique Upar, jefe de la tribu que poblaba la región, el fundador le dio el nombre de Ciudad de los Santos Reyes del Valle del Cacique Upar. Tiene una extensión de 4493 Kilómetros que la hacen el municipio más grande del país rodeado de montañas y cruzado por el legendario río Guatapurí, fuente de riqueza natural e histórica, un río de aguas cristalinas que nace en la laguna Sirigua, en la Sierra Nevada de Santa Marta, a una altura de 4.400 metros sobre el nivel del mar y cuyo nombre en dialecto chimila significa "agua fría". Su población actual es de cuatrocientos mil habitantes con una temperatura promedio de 28 grados centígrados.


En 1560 fue erigida Parroquia y llegó a ser capital de la Provincia de su mismo nombre en 1850. Para esta época Valledupar registra migración de familias francesas, lusitanas e italianas. El aporte alemán llegó después de la Segunda Guerra Mundial y junto a ellos, en menor escala, el de los árabes. Ha sido tal el empuje y progreso de la ciudad, que por medio de la Ley 29 de diciembre de 1864, fue elevada a capital del Departamento del Valle de Upar del Estado Federal del Magdalena, pero al reestructurarse la división político administrativa del Estado Unitario Colombiano, fue clasificada como municipio del Departamento del Magdalena estableciendo su extensión y límites, según ordenanza 57 de 1915, la cual además, le dio el estatus conservado hasta julio de 1967, cuando fue reconocida como capital del nuevo Departamento de El Cesar, creado por la Ley 25 del mismo año.